Fusionar la electrónica con música tradicional cubana no tiene nada de malo, el problema está en querer imponerlo…
En los últimos años uno de los temas más polémicos entre la comunidad de DJs-productores de música electrónica en Cuba es “el enigma” de fusionar la electrónica con música tradicional, para lograr un sello cubano. No existe nada de malo en esto, el problema está en querer imponerlo…
La mayoría de los productores de música electrónica nacen empíricamente y con el tiempo van perfeccionando su estilo. Esta música siempre ha sido marginada por ser diferente en todos los sentidos: es creada digitalmente, es radical, evoluciona con el tiempo, te da libertad de creación, es una forma de expresar y transmitir energías, es una música sin fronteras, sin límites. Si este tipo de música ha perdurado por tantos años, ha sido por estas razones.
Está bien que exista un movimiento dentro de la electrónica que le guste y promueva la fusión con ritmos tradicionales cubanos, siempre y cuando la obra sea innovadora. Si el resultado final de este trabajo de fusión no trae novedad, es mejor que no se haga. ¡No tiene sentido escuchar el mismo tema de un grupo de timba o salsa pero reproducido desde un controlador! Incluso puede llegar a ser más aburrido que el tema original, porque muchos no saben cómo incorporar de forma correcta todos los elementos y al final terminan creando una copia de un tema de antaño con varios beats de fondo para decir que es música electrónica. Muchos olvidan que se hace música para que el público baile con ella y la disfrute, sea el género que sea.
Los superproductores siempre se han caracterizado por crear cosas nuevas, ya sean estilos o sonidos, se han caracterizado por revolucionar su trabajo. Los Van Van, el Beny, Irakere, y todos los grandes de la música popular bailable cubana, se caracterizaron por eso, hicieron cosas diferentes a lo que ya existía y eso los hizo exitosos. Muchos olvidan eso o simplemente no les importa.
En fin, cada cual a lo que le guste hacer, pero no es momento de poner barreras ni implantar las cosas por caprichos. Hay que dar camino a la libertad y a la diversidad cultural, hay que mirar hacia el futuro y pensar en el presente; el pasado ya pasó, sólo queda aprender de él.
Es necesario que nazcan nuevos labels independientes en la Isla, como Abstraction, y que promocionen diferentes géneros y estilos; que surjan nuevos sellos que agrupen a los mejores artistas y difundan su trabajo en el mundo entero; que se hagan fiestas, como “Sarao”, que muevan multitudes.
Debemos aprender a convivir y escuchar a los demás, si se ha llegado hasta aquí, podemos seguir avanzando. Yo digo libertad, calidad y creatividad por encima de todo, lo demás no interesa…