Florian Schneider: Adiós al fetichista del sonido

La discográfica Sony Berlín informó ayer que el músico Florian Schneider, fundador de Kraftwerk, ha muerto a los 73 años. Se trata de un músico y artista alemán considerado como pionero de la música electrónica y creó, al lado de Ralf Hütter a finales de los años 60, una de las bandas que sirvió de inspiración a varias generaciones de artistas y aficionados.

El músico alemán murió hace una semana de cáncer y fue enterrado en una ceremonia íntima, según informaciones confirmadas también por el periódico británico The Guardian.

Tanto su influencia como la de su obra fueron tales que, como precursores del llamado krautrock, configuraron un sonido transmitido por los teclados electrónicos que se convirtió en la base del techno, la electrónica, las músicas industriales y también del hip hop, el house, el trance y el baile.

Nació el 7 de abril de 1947 en Düsseldorf y fue hijo del conocido arquitecto Paul Schneider-Esbelen, responsable del aeropuerto de Colonia, junto con otras obras. Durante su época de estudiante en su ciudad natal fue miembro de diferentes bandas de música, empezando por una llamada Pissoff. Avanzando en la escena del rock experimental y con visión de futuro, Schneider fundó el grupo Organisation junto con Ralf Hütter, su colega con quien daría a luz en 1970 al emblemático Kraftwerk.

Por aquel entonces, el músico tocaba la flauta, el violín y la guitarra, a menudo procesados electrónicamente, y su interés por la música electrónica fue creciendo gradualmente. Según dijo más tarde mirando hacia atrás: “Descubrí que la flauta era demasiado limitada; pronto compré un micrófono, luego unos altavoces, luego un dispositivo de eco y finalmente un sintetizador”. Fue solo después de mucho tiempo que me deshice de la flauta; eso fue un proceso.

Al firmar tres álbumes con Hütter a mediados de los años setenta, Kraftwerk saltó de la liga lanzando el álbum Autobahn, convirtiéndose en un cuarteto. El álbum, compuesto prácticamente de arriba a abajo con sintetizadores, y gracias también a un sonido inconfundible y unas letras muy bien resueltas, resultó ser un éxito, llegando a ocupar un lugar destacado en las listas de éxitos de los Estados Unidos y Gran Bretaña.

Desde entonces, Kraftwerk consolidó su influencia en la música pop con la publicación de cuatro álbumes que se convirtieron en referencias tanto del género como de la música electrónica, llevándola a un amplio público: Radio-Activity (1975), Trans-Europe Express (1977), The Man-Machine (1978) y Computer world (1981).

Desde el primer momento, la influencia de la banda fue enorme. Además de ser uno de los padres más decisivos del synthpop que se convertiría en uno de los géneros más populares de la escena pop a partir de 1980, varias de sus piezas fueron pioneras, como la que dio nombre a Trans-Europe Express y que fue sampleada por Afrika Bambaataa, convirtiéndola en uno de los primeros éxitos del hip hop. Por no hablar de la influencia en artistas como Iggy Pop y David Bowie en su época en Berlín, hasta el punto de que se dice que la canción V-2 Schneider en Bowie’s Heroes está dedicada al músico alemán.

Los cofundadores del grupo participaron en todos los álbumes de estudio, y después del último hasta la fecha, basado en las bandas sonoras del Tour de Francia publicado en 2003, y de vuelta a la gira, en 2008 Schneider dejó Kraftwerk. Ningún motivo fue dado para esa salida, y nunca influyó públicamente en el tema.

Su fallecimiento -que en 2015 publicó la pieza Stop plastic pollution , en conjunto con el productor Dan Lacksman y con un claro y militante trasfondo conservacionista- motivó infinidad de expresiones de pesar y condolencia, entre ellas las de famosos colegas como Orchestral Manouvres in the Dark, Ultravox o Thomas Dolby, o la de la estrella del techno Nina Kravitz.

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